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Melquisedec Torres: la delgada línea entre contenido gráfico y sangriento

Melquisedec Torres: la delgada línea entre contenido gráfico y sangriento
Plataforma
Twitter
País
Colombia
Año
2022
regla
Contenido multimedia de carácter delicado
Categoría
Moderación de Contenido

El 4 de abril, el periodista colombiano Melquisedec Torres publicó en su cuenta de Twitter imágenes en las que comparaba a las víctimas de un campo de concentración nazi con las de la reciente masacre de Bucha, cometida por el ejército ruso en la invasión a Ucrania. Pese a que su propósito era denunciar esta situación, Twitter lo tomó de manera distinta.

Dos semanas después de hacer el trino, el periodista recibió una notificación. Esas fotos en blanco y negro en las que aparecían cuerpos amontonados y que habían sido divulgadas por la prensa, constituían para Twitter “escenas sangrientas gratuitas”. Ese es el nombre que reciben en las políticas de la plataforma las imágenes “excesivamente gráficas o truculentas” que se refieran a la muerte, a la violencia o que representan daños físicos graves, así como las imágenes violentas “que se comparten con fines sádicos”.

Twitter le ofreció dos opciones a Torres: eliminar el contenido o presentar una apelación para poder mantenerlo en línea. Como esta última alternativa implica tener la cuenta bloqueada mientras un moderador revisa la solicitud, Torres prefirió eliminar el tuit, aunque de inmediato manifestó su molestia con la plataforma.

La política de contenido de carácter delicado de Twitter prohíbe distintas clases de publicaciones que abordan asuntos sensibles y que la plataforma prefiere no mostrar a sus usuarios. Además de las “escenas sangrientas gratuitas”, esta política sanciona las imágenes de incitación al odio, la violencia gráfica o las conductas sexuales violentas.

Bajo la categoría de “escenas sangrientas gratuitas”, Twitter contempla una excepción cuando haya un interés público por cuenta de quién difunde ese material. Los requisitos son bastante estrictos: la excepción solo aplica a las cuentas verificadas, que pertenezcan a funcionarios públicos u organismos estatales o internacionales y que tengan al menos 100.000 seguidores. La regla incluye estos elementos porque es relevante que se conozca, por ejemplo, que un político o una entidad está difundiendo contenido racista o violento. Es decir: el interés público radica en que alguien con esas calidades se manifiesta así en Twitter. 

La categoría denominada “violencia gráfica”, por su parte, se define como “cualquier tipo de contenido multimedia donde se representan muertes, violencia, procedimientos quirúrgicos o lesiones físicas graves con detalles gráficos”. En este caso, Twitter permite publicar violencia gráfica cuando tiene un carácter documental o educativo, más aún si el usuario marca voluntariamente su publicación para alertar a los demás de que se trata de material delicado (puede hacerlo para toda la cuenta o sobre una publicación en particular).

La diferencia entre lo que Twitter entiende por “escenas sangrientas gratuitas” y “violencia gráfica” está en una zona gris. La definición de ambas se asemeja, pero puede deducirse que el contenido sensible es más explícito en la primera que en la segunda. El punto de fondo es que las consecuencias de que un contenido sea catalogado como una u otra son muy distintas. Mientras hay una mayor tolerancia por el contenido considerado “violencia gráfica” –sobre todo, reiteramos, si el usuario hace la advertencia–, las “escenas sangrientas gratuitas” son castigadas de plano a menos que estén amparadas en la estricta sanción ya descrita.

Esta distinción resulta importante para los periodistas que, como Melquisedec Torres, quieren hacer una crítica sobre un tema de interés público usando imágenes violentas. Por un lado, este tipo de usuarios deben tener en cuenta que si el material es demasiado explícito, la evaluación podrá concluir que se trata de “escenas sangrientas gratuitas”. Por el otro, si existe ese riesgo, no sobra incluir la advertencia del carácter sensible del material.

La excepción de interés público o noticioso ha sido adoptada por distintas plataformas con el propósito de preservar la libertad de expresión y el debate público. Estas salvedades son fundamentales en Twitter, una plataforma esencialmente noticiosa y de coyuntura. No obstante, los procesos de moderación de contenidos en casos como este pueden ser subjetivos y ambiguos y, por esa razón, esta vez la noticia no fue la denuncia del periodista sino la sanción que recibió.

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