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Sudacas y maricas: dos casos que recuerdan que insultos en redes no siempre son insultos

Sudacas y maricas: dos casos que recuerdan que insultos en redes no siempre son insultos
Plataforma
Twitter
País
Colombia
Año
2022
regla
Lenguaje que incita al odio
Categoría
Moderación de Contenido

Como hemos documentado antes, la aplicación de las normas comunitarias tienen muchas zonas grises y altos márgenes de error. En particular, las restricciones relacionadas con palabras específicas suelen desembocar en decisiones equivocadas. Dos casos ocurridos recientemente en Colombia muestran los riesgos a los que están expuestos los usuarios no por su contenido, sino por esa evaluación desprovista de contexto.

Así le ocurrió al usuario Alegandro –@salgadolfo– que el 13 de marzo fue sancionado durante doce horas en Twitter por un comentario a un tuit del politólogo argentino Agustín Laje, que había publicado un video sobre la financiación de la candidata a la vicepresidencia Francia Márquez. En respuesta, Alegandro aseguró que las opiniones  de Laje estaban sesgadas y que quería ser el “Ben Shapiro sudaca”, en alusión a un comentarista político estadounidense de la misma línea ideológica de Laje. 

Poco después, Twitter le informó al usuario que había sido sancionado por incumplir su política de conductas de incitación al odio. Esta norma prohíbe, entre otras cosas, dirigir calumnias y epítetos para degradar o reforzar estereotipos raciales, étnicos o por razones de origen nacional, orientación sexual o afiliación religiosa. 

El uso de la palabra “sudaca”, un término despectivo para referirse a los inmigrates sudamericanos en España, desencadenó la sanción. Las plataformas suelen marcar ciertos términos para detectar un contenido prohibido. Sin embargo, hace falta ir mucho más allá del uso de una palabra para saber si hay, en efecto, una expresión de odio. Y si bien los equipos de moderación humana intenta agregar ese contexto en la decisión, los errores abundan.

Algunas redes sociales tienen excepciones al uso de insultos contra una minoría y permiten, por ejemplo, que se utilicen para generar conciencia, rechazarlas, o como una forma de empoderamiento. 

En su norma de odio, Twitter permite que “los miembros de una categoría protegida puedan referirse el uno a otro usando términos que normalmente no se consideran como un insulto”. En este caso, recordemos, la sanción se aplicó a un usuario sudamericano que se dirigía justamente a otro usuario sudamericano. 

Sin embargo, el tuit en respuesta a Agustín Laje fue eliminado y la cuenta del usuario fue suspendida durante doce horas. En la plataforma, el contenido quedó marcado con una etiqueta que explicaba que se habían infringido las normas de la comunidad.

Una situación similar se le presentó al tuitero Robertico –@MarioRobertoP– el 16 de junio. Todo surgió porque alguien había publicado un tuit falso de Gustavo Petro en el que el candidato supuestamente se expresaba con groserías. Otro usuario rechazó la publicación, compartida en clave de burla, y Robertico le respondió: “Marica, uno puede ser seguidor de Gustavo Petro y no perder el hijueputa sentido del humor”. 

A las pocas horas, su cuenta, con más de 19.000 seguidores, fue suspendida permanentemente por reiteradas violaciones a las reglas de Twitter. El usuario apeló, intentando explicar que en Colombia la palabra “marica” se usa muchas veces sin la connotación homofóbica que puede tener su uso en otros contextos. Sin embargo, la plataforma mantuvo su decisión en firme. 

Respuesta de Twitter a la apelación de Mario Roberto

Ante la negativa de Twitter, Mario Roberto se contactó por correo electrónico con la compañía y explicó, una vez más, el sentido de su comentario. Sin obtener ninguna respuesta, unas horas después su cuenta fue restablecida. 

No es la primera vez que las redes sociales sancionan a usuarios en Colombia por el uso de esa palabra. El año pasado el Consejo asesor de contenidos, un órgano que funciona como una Corte Suprema de Meta, tuvo que decidir sobre el caso de una publicación en la que unos manifestantes, en el marco del paro nacional, le decían al presidente Iván Duque que “dejara de hacerse el marica en la televisión”. El contenido había sido eliminado y distintas organizaciones, como la Fundación para la Libertad de Prensa, Karisma y El Veinte le solicitaron al Consejo que revirtiera la decisión, explicando que en Colombia la connotación del término “marica” dependía del contexto en que se usara y no necesariamente era despectiva o discriminatoria. El organismo finalmente ordenó restablecer la publicación, aunque por razones distintas. 

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