Las secuelas de la desinformación por covid en América Latina

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5/2/2023
Las secuelas de la desinformación por covid en América Latina

Hubo un tiempo en el que los videos que acusaban a gobiernos extranjeros o multimillonarios de estar detrás de la pandemia se hacían virales en Facebook e Instagram. Era el mismo tiempo en que la incertidumbre sobre el coronavirus dio lugar a promesas de curas milagrosas que se promovían o vendían bajo la promesa de prevenir o tratar la enfermedad. Para enfrentar la desinformación desatada por la pandemia, Meta se apoyó en parte en su programa de verificadores de datos, a quienes la pugna por contrarrestar este tipo de contenidos en América Latina dejó expuestos a amenazas y acosos coordinados.

Así se lo manifiesta un documento publicado la semana pasada por el Consejo asesor de Meta, un organismo que orienta y supervisa a la compañía en asuntos de moderación de contenidos. Después de que la emergencia dio tregua, en junio del año pasado Meta le solicitó al Consejo orientación sobre la forma en que debería proceder en adelante respecto a este tipo de desinformación.

Varios meses después, tras consultar con autoridades de salud y expertos en distintas regiones del mundo,* el Consejo emitió su opinión consultiva. Entre otra información relevante, las consideraciones de esos encuentros —que están publicadas en el informe— dan cuenta de los efectos negativos que la estrategia del programa de verificadores de datos tuvo para sus aliados en América Latina.

Durante la emergencia sanitaria, Meta, como las demás redes sociales, se vio obligada a desarrollar sobre la marcha nuevas reglas que atajaran cada nueva teoría falsa sobre la enfermedad o las vacunas que tomaran fuerza y pusieran en riesgo a los usuarios. El saldo fue una serie de más de 80 tipos de contenido que la plataforma podría eliminar, desde negar la existencia de la pandemia hasta asegurar que las vacunas contienen “la marca de la bestia”.

Meta delegó a su programa de verificadores de datos independientes (una red que reúne a organizaciones certificadas por la International Fact-Checking Network) la responsabilidad de manejar aquellas publicaciones que no clasificaran para ser eliminadas, pero que de todas formas pudieran ser problemáticas.

Bajo este sistema, que sigue vigente para otros tipos de desinformación, los verificadores revisan el contenido y lo clasifican según si es falso o engañoso. Con ese insumo, Meta marca las publicaciones con una etiqueta que alerta sobre la inexactitud de la información y lo vincula a un artículo de verificación de datos sobre el tema. En caso de que un usuario quiera apelar una etiqueta aplicada a su contenido, el procedimiento no se hace frente a la compañía —como ocurre con las demás sanciones— sino directamente ante la organización que verificó la información.

En un contexto como el de América Latina, y en especial en el de Brasil, donde la desinformación sobre el covid estuvo altamente politizada, la aproximación de Meta de poner en contacto directo a los usuarios reclamantes con quienes marcaban su contenido, provocó que los verificadores fueran objeto de campañas de acoso y de amenazas que incluso obligaron a algunos a salir de sus países.

En el caso de Brasil, en el que las críticas contra el trabajo de verificación estaban alineadas con el gobierno de Jair Bolsonaro, la persecución se presentó también en la forma de millonarias demandas por difamación, desgastando la operación de las organizaciones y afectando sus ya frágiles finanzas.

De acuerdo con un comentario público enviado al Consejo por Pablo Medina, investigador del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), estas agresiones están relacionadas con la confusa colaboración de Meta con sus aliados, pues los verificadores terminaron por asumir la responsabilidad de explicar al público las políticas de la compañía.

Aunque la pandemia ha dejado de ser una preocupación global, la forma en que las plataformas de redes sociales reaccionaron a este evento deja lecciones para enfrentar nuevas crisis sanitarias que puedan llegar en el futuro y en las que volverán a estar en la balanza la libertad de expresión y la seguridad de los usuarios, así como las estrategias con aliados para contrarrestar la información engañosa.

En su opinión consultiva, el Consejo le solicitó a Meta continuar eliminando el contenido que pueda representar un daño inminente y revaluar de la mano de autoridades en salud algunas de las normas que estableció durante la pandemia. Además, debe contratar una auditoría para estudiar el impacto que hubieran podido tener sus algoritmos en la amplificación de desinformación relacionada con covid.

En cuanto a la situación de los verificadores de datos, el Consejo recomendó que las apelaciones fueran revisadas por un verificador distinto al que chequeó la información en primera instancia, y que cualquier reclamo se haga a través de los canales ordinarios de Meta y no por contacto directo con las organizaciones.

Este artículo apareció originalmente en Botando Corriente, nuestro newsletter. Puedes suscribirte aquí:

* Linterna Verde, organización de la que hace parte Circuito, organizó para el Consejo Asesor la mesa de consulta con la sociedad civil en América Latina.

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