La Unión Europea aprieta a las plataformas

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7/6/2023
La Unión Europea aprieta a las plataformas
“Art collage of Parthenon surrounded by screens, data flows and algorithms”, interpretado por Adobe Firefly

Hace un par de semanas, el comisionado de Mercado Interno de la Unión Europea, Thierry Breton, visitó las oficinas de Twitter en San Francisco para hacerle una “prueba de esfuerzo” a la empresa respecto a su capacidad para operar legalmente en Europa. “La compañía se está tomando este ejercicio muy en serio”, dijo Breton después de la reunión, a la que Elon Musk se sumó por videollamada y que más pareció un acto de relaciones públicas que una acción de supervisión. En un tour de dos días por California, el Comisionado también se tomó foto con Mark Zuckerberg, de Meta, y Sam Altman, de OpenAI.

La Ley de Servicios Digitales (DSA, por su nombre en inglés) fue expedida por la Unión Europea en octubre del año pasado, y establece una serie de requerimientos para las plataformas de Internet en materia de contenido ilegal, publicidad, desinformación y transparencia. Como parte de su implementación, la Comisión Europea elaboró una lista de compañías que tendrán que cumplir con la DSA a partir de agosto próximo, la cual incluye a todas las redes sociales masivas: TikTok, Facebook, Instagram, Youtube y Twitter.

Para la académica Daphne Keller la “prueba de esfuerzo” de la que habla el comisionado Breton es tan teatral como el anunciado combate en una jaula entre Musk y Zuckerberg. Según reportó The Guardian, la visita exprés del regulador europeo permitió evaluar los controles que tiene Twitter contra la desinformación rusa, las noticias falsas y el contenido de explotación sexual de menores. “No me imagino una prueba que pueda replicar los problemas del mundo real de escala, complejidad, juicios de valor y patrones de uso”, opinó Keller.

En el trasfondo de esta crítica está la pregunta por los estándares que impone la DSA y la capacidad real de la Unión Europea para supervisar su cumplimiento –todo lo cual impactará la conversación en América Latina–. La puesta en marcha de la DSA coincide, además, con la entrada en vigencia de la Ley de Mercados Digitales (DMA, por su nombre en inglés) en Europa, que busca asegurar un mercado digital abierto y justo.

A continuación damos un vistazo a ambas y señalamos algunas posibles tensiones y repercusiones para la región.

DSA: se acerca la hora de las obligaciones

En abril de este año se conoció cuáles compañías de tecnología serían consideradas como “plataformas en línea de muy gran tamaño”, la redundante designación de la DSA para quienes deberán asumir las mayores obligaciones en razón al número de usuarios en la Unión Europea. Dentro del grupo se encuentran 19 compañías de redes sociales, comercio y otros servicios entre las que se incluyen Facebook, Twitter, TikTok, YouTube, LinkedIn, Amazon, Booking, Google y Wikipedia, entre otros. A partir del 25 de agosto, estas compañías deberán:

  • Dejar de mostrar anuncios basados en datos sensibles como la religión o la ideología política de los usuarios.
  • Presentar evaluaciones de riesgo que muestren cómo sus sistemas de moderación, recomendación y publicidad pueden influir en la difusión y amplificación de contenido ilegal o afectar la libertad de expresión, la privacidad o igualdad de sus usuarios.
  • Someterse a auditorías externas que analicen sus planes para mitigar los riesgos derivados de su actividad.
  • Publicar un repositorio de información sobre sus anuncios en el cual sea posible consultar el contenido de la publicidad, quién la publica, el periodo en el que estuvo al aire y el número de usuarios alcanzados.

DMA: las cargas de los guardianes

Guardianes de acceso es la forma en la que la DMA se refiere a las compañías con un gran poder de mercado en el espacio económico europeo y que por tanto deberán cumplir con reglas para mitigar la concentración o el abuso de posición dominante. El lunes pasado, el comisionado Thierry Breton dio a conocer que Alphabet –matriz de Google–, Bytedance –matriz de TikTok–, Meta, Amazon, Apple, Microsoft y Samsung, tendrán las obligaciones a cargo de los guardianes de acceso, entre las que se encuentran las siguientes:

  • Permitir que los usuarios desinstalen fácilmente aplicaciones preinstaladas o que cambien la configuración de los sistemas operativos, asistentes virtuales o navegadores que dirigen a productos y servicios de esas mismas compañías.
  • Permitir que los usuarios cancelen suscripciones con la misma facilidad con las que las contratan.
  • No rastrear a los usuarios finales fuera del servicio de la plataforma con la finalidad de enviarles publicidad personalizada.
  • Los servicios de mensajería tendrán además la obligación de ser interoperables en sus funciones básicas –como llamadas, mensajes de texto y videollamadas– con otros servicios similares. De esta manera, por ejemplo Whatsapp tendría que poder recibir y enviar mensajes hacia aplicaciones como Signal o Telegram, de igual forma en la que se pueden enviar correos electrónicos a direcciones distintas.

Los requerimientos de ambas normas generan tensiones y retos en su implementación que veremos en juego en los próximos meses. Por ejemplo, frente al último punto de los servicios de mensajería de la DMA, hay una paradoja de fondo. Aunque la interoperabilidad ha sido un reclamo constante por parte de la sociedad civil, algunos analistas advierten los riesgos para la privacidad de los usuarios, toda vez que no es claro cómo podría conservarse el cifrado de extremo a extremo en sistemas interconectados con distintos niveles de seguridad.

Por otra parte, un punto central de la DSA son las obligaciones de reporte, que deben incluir tasas de información “precisas” sobre los sistemas automatizados de moderación. Según un estudio académico reciente, el término es ambiguo y de difícil aplicación: “el término ‘precisión’ por sí mismo deja la implementación técnica sin especificar, y necesitará aclaración a través de directrices administrativas o enmiendas legislativas”. Esta misma crítica podría hacerse de las auditorías que exige la DSA, una práctica inédita en el sector y de mucho trabajo táctico.

Sin que sean contradictorias, la DMA y DSA caminan por carriles distintos: mientras la primera propende por un mercado dinámico y menos concentrado, la segunda intenta establecer estándares y vigilancia para la moderación de contenidos, lo cual resulta más viable con pocos actores en el sector. De una u otra manera, la Unión Europea tomó hace rato la posta en materia de regulación de plataformas y redes sociales, un proceso que siguen de cerca varios países de América Latina –comenzando por Brasil–.

Mientras tanto, el Congreso de Estados Unidos sigue bloqueado entre Republicanos y Demócratas, limitado a las audiencias públicas y las peroratas de los legisladores. Del otro lado nos quedan actos teatrales como el que hizo el comisionado Breton en California, quien, sin embargo, tiene un par de ases bajo la manga para sentarse a la mesa con los poderosos jugadores de Silicon Valley.

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