Europa y Estados Unidos plantean un código de conducta para la inteligencia artificial

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6/9/2023
Europa y Estados Unidos plantean un código de conducta para la inteligencia artificial
“Ten commandments stone tablets in a synthwave style”, interpretado por DreamStudio.

Aunque las preocupaciones sobre el impacto de los modelos de Inteligencia Artificial (IA) ya han empezado a mover iniciativas de regulación alrededor del mundo, el tiempo avanza y aumentan las ofertas y productos sin que se vislumbre un marco legal que atienda los posibles problemas de este avance tecnológico.

Como una alternativa para frenar a las desarrolladoras y mitigar riesgos mientras se aprueba una regulación, el 31 de mayo la Unión Europea y Estados Unidos anunciaron su intención de trabajar conjuntamente en el diseño de un código de conducta para compañías de IA cuyo borrador sería presentado en las próximas semanas.

El anuncio se dio en el marco de una reunión en Suecia del Consejo de Comercio y Tecnología conformado por la Unión Europea y Estados Unidos, en la cual estuvo presente el secretario de Estado Anthony Blinken. De acuerdo con las declaraciones de Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión Europea para asuntos digitales, el proyecto busca establecer una serie de buenas prácticas mientras se llega a una regulación. Se espera que gobiernos de otras partes del mundo se sumen a la iniciativa.

“Es una forma de que las democracias respondan en tiempo real a cuestiones que tenemos verdaderamente encima ahora mismo. Estoy deseando trabajar a profundidad y rápidamente con cuantos más sea posible”, dijo Vestager.

A pesar de que los códigos de conducta tienen un carácter voluntario, algunos movimientos de Sam Altman, CEO de OpenAI y una de las caras más visibles de la industria, indicarían que el sector —o al menos sus principales actores— se acogerían a estas reglas preliminares, bien por convicción o por la presión pública existente.

A mediados de mayo, Altman se presentó ante el Congreso de Estados Unidos, donde, para sorpresa de muchos, le pidió a los legisladores que regularan su propio negocio. Para Natasha Lomas, periodista de TechCrunch, sería muy hipócrita que luego de haber actuado de esta manera, su compañía no se comprometiera a cumplir acuerdos voluntarios.

Al tratarse apenas de una idea inicial, todavía no hay información sobre qué clase de conductas deberían cumplir las compañías de IA en el marco de este código. En todo caso, Alexandra Reeve Givens, presidenta del Center for Democracy and Technology, quien también estuvo presente en la reunión en Suecia, llamó la atención sobre algunos eventos dañinos que ya están ocurriendo a partir de estas tecnologías, como los deep fakes que podrían afectar el curso de unas elecciones y las suplantaciones y estafas a través de herramientas de voz.

Para Givens también es importante establecer estándares de transparencia y fijar un marco común que pueda servir a reguladores en otras partes del mundo, la sociedad civil y comunidades marginadas que estén expuestas en mayor medida a los riesgos de esta tecnología.

Los códigos de conducta —que han sido implementados anteriormente para las compañías de redes sociales— constituyen un modelo de co-regulación en el cual, a pesar de que no hay obligaciones estrictas, las compañías se comprometen a cumplir con ciertos acuerdos, conservando su libertad para desempeñar sus actividades de acuerdo con sus propios criterios.

Para Fabiana Di Porto y Marialuisa Zuppeta, investigadoras de la Universidad del Salento, este tipo de modelos pueden carecer de fuerza real, pues al tratarse de un asunto voluntario, el único castigo al no acatarlos es de carácter reputacional.

Esta falta de fuerza puede ser especialmente notable en escenarios en los que las compañías no consideran su reputación como uno de sus principales activos. Es el caso de Twitter en manos de Elon Musk, que recientemente se retiró del Código de Buenas Prácticas en materia de desinformación de la Unión Europea, al cual se había acogido en 2018.

De cualquier forma, este caso muestra también cómo los códigos de conducta pueden ser una barrera de contención mientras entra en vigencia una ley, pues como lo explicó el comisionado europeo Thierry Breton, Twitter solo se librará de sus deberes durante unos meses, dado que a partir de agosto esas disposiciones voluntarias pasarán a ser obligatorias a la luz de la Ley de Servicios Digitales.

Este artículo apareció originalmente en Botando Corriente, nuestro newsletter. Puedes suscribirte aquí:
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